Paz

Tolerancia.

Tolerancia.
Valores que debemos seguir

lunes, 24 de mayo de 2010

Consecuencia de los Antivalores. (Edicion final)


Siendo que el valor de las personas radica en sus principios éticos, de justicia, respeto, solidaridad, generosidad, afectividad y dignidad humana, una persona con valores éticos es responsable consigo misma por que trabaja con profesionalismo. Su espíritu es bondadoso con sus semejantes al ayudar a otros seres humanos.


Una persona con valores, independientemente de su sexo, raza o color, promueve y realiza el cumplimiento de las leyes, vigila y denuncia los abusos que se cometen en sus semejantes. Una persona con integridad es aquella que es honesta y justa, con la suficiente capacidad de dignificar a su persona, a los seres humanos y al entorno que la rodea; pero que sucede cuando estos valores dignifican a una persona y se convierten en antivalores; Pues bien, Lo opuesto al valor, lo denomina contravalor, todo valor, por tanto, va unido a un contravalor que es conveniente evitar. Los contravalores son obstáculos, actitudes hostiles o negativas que generan una disfunción en el seno de toda sociedad. Así, desde este punto de vista, llamamos “contravalores” a todo aquello que se opone al crecimiento armonioso de la personalidad y por extensión, del propio desarrollo del ser.

En las sociedades de hoy en día enfrentamos enormes cambios, como lo son la globalización junto a las tecnologías de la información y la comunicación, las drogas, la delincuencia, el narcotráfico, la falta de comunicación tanto en la familia como en la mayoría de las relaciones sociales, y la búsqueda de los bienes económicos como principal objetivo, vemos como la falta de atención por parte de los padres, la carencia de educación de calidad en las escuelas públicas y la falta de valores en la sociedad mexicana, han hecho estragos en la formación de todos los jóvenes.

Todo esto lleva a la sociedad a inclinarse más por antivalores como deshonestidad, arrogancia, irrespeto, irresponsabilidad, soberbia, intolerancia social, envidia, desigualdad e injusticia. Día a día es más común ver a adolescentes vagando por la vida sin un cuerpo moral y ético que sustente sus actos. Y no sólo jóvenes, también los adultos llevan una vida totalmente fuera de todo acto moral.


Las personas están inmersas en una vida demasiado ajetreada, siempre en la busca de satisfacciones materiales, lo que lleva a personas que viven con estrés, angustiadas y preocupadas por el dinero, con envidia de lo que los demás logran y ellos no pueden, se frustran y muchas veces se vuelven personas agresivas que viven buscando problemas a su alrededor o todo lo contrario, gente insegura inmersa en un mundo pequeño que tiene miedo a convivir con las demás personas, a mostrarse tal cual es por los estereotipos sociales o a esforzarse honestamente por salir adelante. En la personalidad de los jóvenes no figura un léxico de valores que contenga cosas como la amabilidad, la honestidad o la honradez, el verdadero esfuerzo e interes. Es por eso que la sociedad se degenera cada día más, dando como resultado un mundo corrupto, racista, insensible e irrespetuoso.


Hemos visto como en las últimas décadas se promueve los antivalores, ya el artista no es un ser humano que ejerce una profesión sino un ídolo que pretenden sustituir por dios, actualmente se admira no al que tiene mayor merito sino al que tiene más dinero y poder, sin importar si es ilícito el medio que utilizo para obtenerlo, de igual manera debido a la presencia de estos antivalores en la sociedad, no es de sorprenderse que día con día los nuevos políticos y mandatarios del país sean gente tan por debajo de las expectativas del pueblo, si las nuevas generaciones están siendo criadas en un mundo sin valores y sin moral, no nos sorprenda cuando el mundo se degrade aún más de lo que ya está.

Cada día se vive más la desigualdad que hay en el mundo entre clases sociales, la delincuencia va en aumento, e incluso mucha gente sufre depresión o enfermedades a causa del estrés pero a pesar de que nos quejamos no hacemos nada por cambiar el mundo que nos rodea. Podemos darnos cuenta de que no es sólo la sociedad mexicana la que se degrada día con día, no son sólo los jóvenes o los niños, sino también el indefenso mundo en el que vivimos. Es por ello que las nuevas generaciones crecen con la idea de que los antivalores no son otra cosa sino una forma de actuar. Alguien que no tiene valores, se convierte en una persona frívola y sin escrúpulos, que no le importan las demás personas ni el daño que les haga. Una persona que sigue el camino de los antivalores puede pensar egoístamente que estos lo llevaran a obtener cosas que quiere o que espera que son beneficiosas para el mismo, pero al final los antivalores siempre muestran su verdadero rostro, y convierten a los sujetos en personas de mal, que son rechazadas por las demás personas, que se aíslan ellos mismos o que incluso cometen actos ilegales sin remordimiento alguno, lo cual les quita la posibilidad de formar parte de una sociedad donde se pueda convivir en armonía con uno mismo y los demás.


Debemos hacer conciencia y tratar de seguir aquello que todos sabemos que es lo correcto pero pocos se atreven a hacer, preferir nuestros valores antes que los antivalores que la sociedad muchas veces trata de imponer, aunque esto impliqué un mayor esfuerzo. Solo así es posible el disminuir los antivalores con los que se vive día a día y por tanto los problemas sociales a los que nos enfrentamos.

Son los niños los que deben ser creados con un sólido pilar de valores, enseñados por una persona con autoridad moral, de esa forma quizás y sólo quizás, esos infantes crecerán con una mentalidad diferente y de así, el día de mañana, habrá un mundo menos corrupto, menos inmoral y más abundante en valores.


Pero ahora nosotros, personas con un nivel de raciocinio más elevado debemos darnos caer en cuenta que todos somos libres de vivir nuestros valores o contravalores, debemos encaminarnos a nosotros mismos y a los niños, mentes abiertas y moldeables, a elegir nuestro camino pensando y analizando libremente sin dejarnos influenciar, porque sólo la persona autónoma valora críticamente los propios valores y contravalores que surgen en su entorno. Desde la autonomía somos capaces de interiorizar, contrastar y elegir la orientación de la vida a partir del propio sistema de valores y contravalores.

La sociedad de hoy rechaza la percepción subjetiva de los valores por parte del individuo, que desvirtúa su carácter absoluto y universal. Recurrir a los contravalores permitirá tomar conciencia de la auténtica valía y dirección que se quiere que éstos tomen en favor del progreso humano.


Esta contraposición permite a la sociedad priorizar unos valores sobre otros y juzgar cuáles son fundamentales y de obligado cumplimiento. La dinámica de oposición valor-contravalor puede ayudar a guiar las acciones evitando no caer en el contravalor y así mejorar la convivencia en sociedad.


1 comentario:

  1. Amalinalli Avila.- Conjunte los ensayos e informacion que me mandaron y edite muchas partes. Espero que haya quedado coherente y que exprese lo que todas plasmaron. Agregue algunas cosas, claro.

    Cuidense.

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